ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 2 de marzo de 2015

"México merece mejor" (La Jornada, 2 de marzo, 2015)

El maestro Claudio Castillo, egresado de Ayotzinapa y fundador de la CETEG
El régimen autoritario aprovechó el pasado Día de la Bandera y 194 aniversario de la emisión del Plan de Iguala para pisotear los principios fundamentales de paz, unidad y soberanía que inspiraron la creación de la nación mexicana. El martes 24 de febrero, Enrique Peña Nieto reprimió con lujo de violencia a maestros en Acapulco que exigían el pago de sus salarios, inauguró un nuevo cuartel militar en Michoacán cofinanciado por oligarcas y presentó una iniciativa de ley para legalizar la portación de armas por agentes extranjeros.

Apenas tres días después, el Presidente ratificaría su compromiso con el virreinato proponiendo a Arely Gómez, hermana del vicepresidente de noticiarios de Grupo Televisa, para la PGR. El PRI también anunciaría que su lista de diputados plurinominales incluía a la madre de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, la hija de Manlio Fabio Beltrones, dos generales, un directivo de Te­levisión Azteca y una actriz de Televisa. La semana anterior, Peña Nieto ya había propuesto a su amigo y cómplice Eduardo Medina Mora, alguien también cercano a Televisa y responsable por la fallida "guerra" de Felipe Calderón, para ministro de la Suprema Corte.

Queda claro de cuál lado de la historia se coloca el actual mandatario. Para Peña Nieto la represión y la televisión son más importantes que la educación, las fuerzas armadas deben servir al poder económico en lugar del pueblo y los extranjeros pueden imponer su voluntad impunemente en todo el territorio nacional. Con razón el papa Francisco teme lamexicanización de su tierra natal y Alejandro González Iñárritu añora la llegada de un gobierno merecedor de la confianza y el apoyo del pueblo mexicano.

En el desalojo de Acapulco, la Policía Federal abatió al gran dirigente Claudio Castillo, egresado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y fundador de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg). A pesar de sus 65 años y sus dificultades para caminar, con gran valentía siempre acompañaba a sus colegas en las acciones de protesta. De acuerdo con Robespierre Moreno, también dirigente de la Ceteg, "su aportación siempre fue el llamado a la unidad, a la no violencia; ese fue siempre su principio más importante; siempre nos decía que dijéramos que sí a la lucha, pero a la lucha pacífica"...

TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA