ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 11 de julio de 2016

"Tiempo agotado" (Revista Proceso, 10 de julio, 2016)

Miguel Ángel Osorio Chong con Jesús Murillo Karam
John M. Ackerman

El viernes 1 de julio el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que el “tiempo se había agotado” para las movilizaciones magisteriales. Unos días antes el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, utilizó la expresión de Gustavo Díaz Ordaz para señalar que su gobierno había sido “tolerante a extremos criticables” con respecto a las protestas de los maestros y padres de familia.

Las similitudes entre el discurso de los “nuevos” y los “viejos” líderes autoritarios recubren una diferencia de fondo entre los dos momentos históricos. Hoy el sistema autoritario se ve desgastado y agotado. Ya no controla los destinos de la nación como antes.

Desde la creación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 1946, el pilar central del sistema de control político ha sido la figura del presidente de la República. El ocupante de Los Pinos se convirtió en el sol alrededor del cual el negocio de la corrupción y la impunidad se administraba en todo el país. El primer mandatario siempre intentaba proyectar una imagen de estadista y se aseguraba de que sus subalternos, secretarios de Estado o gobernadores pagaran los platos rotos de los escándalos que periódicamente interrumpían la narrativa del poder.

Hoy la competencia desleal entre los diferentes integrantes del gabinete presidencial y los gobernadores ha transformado el tablero. La rebatiña entre Aurelio Nuño, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, Manlio Fabio Beltrones, Manuel Velasco, Rafael Moreno Valle y otros, para lograr la candidatura de la continuidad autoritaria en 2018 ha invertido el sistema de reparto de culpas y responsabilidades. En lugar de pasar los costos políticos a los subalternos del presidente, hoy son los subalternos quienes pasan los costos al mandatario...

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