ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 3 de abril de 2017

"Descomposición y esperanza" (Revista Proceso, 2 de abril, 2017)


John M. Ackerman

Dice Enrique Peña Nieto que la crisis generalizada del Estado mexicano sólo existiría en nuestras “cabezas” e insiste en culpar a Andrés Manuel López Obrador y su supuesto “populismo” por todos los males del país. Y en un esfuerzo sumamente peligroso que muestra su gran desesperación, el Presidente en funciones también ha buscado confrontar las Fuerzas Armadas directamente con el tabasqueño. 

Felipe Calderón también se ha sumado a la feria de ataques en contra de quien encabeza todas las encuestas pre-electorales, recurriendo a su muy sobado y desgastado discurso fantasioso de que López Obrador se parecería a Hugo Chávez y que por lo tanto sería un “peligro para México”. 

Darían risa estos esfuerzos por distraer la atención ciudadana del enorme fracaso de los gobiernos del PRIAN si no fueran tan indignantes y cínicos. Resulta que los responsables por la total descomposición del país ahora quieren culpar al hombre a quien ellos mismos le han robado la presidencia en dos ocasiones y que no ha ocupado un solo cargo público desde hace más de una década. 

Los hechos demuestran fehacientemente que la crisis generalizada no sólo existe en nuestras cabezas sino que es una realidad palpable a lo largo y ancho de la república. Y la historia demostrará con gran claridad quienes son los verdaderos culpables por la destrucción de la patria y la descomposición de la institucionalidad democrática. 

Por ejemplo, de acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos, el fiscal general de Nayarit, Édgar Veytia quien gozaba con un nombramiento del Congreso del Estado hasta el año 2020, es uno de los capos del narcotráfico más importantes en su estado, de mayoría PRIista, y que conspiraba para la manufactura y la distribución de cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana...

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