Protesta de maestros disidentes/Foto: proceso.com |
El retorno de los dinosaurios al trono ha venido acompañado de un ataque sistemático a los movimientos sociales. J. Edgar Hoover, el repudiado director del FBI durante casi cinco décadas (1924-1972), decía que su objetivo era “exponer, trastornar, redirigir, desacreditar y neutralizar de cualquier forma” a los grupos disidentes. Hoy el PRI y sus aliados en los gobiernos estatales y los medios de comunicación aparentemente están decididos a seguir el nefasto y criminal ejemplo de Hoover al pie de la letra.
La estrategia de "shock & awe" (conmoción y pavor) implementada por Enrique Peña Nieto durante los primeros meses de su gestión (véase mi análisis: http://ow.ly/l3RBb) no funcionó para eliminar la resistencia popular. Si bien desarticuló algunos movimientos juveniles e intimidó a otros sectores, el río ya empieza a regresar a su cauce.
Una gran parte de la sociedad se niega a aceptar el cuento falso de que en México hay democracia y de que la mejor vía para ser escuchado es votar en la próxima elección en favor del candidato menos peor. Simultáneamente, el aumento en los precios de la gasolina y de los alimentos, junto con los regalos desde el poder a empresas monopólicas como Televisa, atizan el descontento social e incrementan el repudio al gobierno en turno.
Llama la atención que sean los maestros y los estudiantes quienes hoy encabezan las protestas. Son las personas más cultas, con conocimiento de la historia de México y el mundo, quienes ponen el ejemplo en rechazar las mentiras de los medios de comunicación dominantes y tomar el destino del país en sus manos.
Después de la Revolución Mexicana, los maestros rurales exponían su vida para llevar la educación científica y racional a las comunidades más alejadas y bajo el control de la Iglesia. Al grito de “¡Viva Cristo Rey!”, los Cristeros linchaban a los maestros que buscaban enseñar a sus hijos la evolución de las especies y los orígenes del ser humano. Hoy los profesores vuelven a tomar la batuta en el combate a la ignorancia fomentada desde las cúpulas del poder. Y hoy los nuevos pastores apostados en Avenida Chapultepec también linchan a los maestros, desde la pantalla televisiva, al relacionarlos con “narcotraficantes”, “guerrilleros” y “vándalos”...
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