ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

martes, 5 de agosto de 2014

"El PRI de siempre" (La Jornada, 4 de agosto, 2014)

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) nació en 1946 con el fin de desmantelar las conquistas de la Revolución Mexicana, institucionalizar la corrupción y poner el Estado al servicio de la oligarquía nacional y el capital trasnacional. Las contrarreformas de Enrique Peña Nieto, los fraudes del sindicato de Pemex y los pactos de Rodrigo Vallejo no son nada nuevo. Implican una perfecta continuidad con las prácticas históricas de un partido cuyo único interés ha sido acumular y centralizar el poder.

El sistema de corrupción estructural que nos tiene postrados como nación no es una creación de Peña o siquiera de su padrino político Carlos Salinas de Gortari. El rompimiento con el legado revolucionario, soberano y democrático del presidente Lázaro Cárdenas del Río se inició hace casi 70 años, con la fundación del PRI y el sexenio de Miguel Alemán Valdés (1946-1952).

No es suficiente entonces luchar hoy contra el neoliberalismo económico o a favor de la democracia electoral. Si queremos un verdadero cambio de régimen, hace falta desmantelar completamente al sistema priísta que ha extendido sus tentáculos mucho más allá del partido que lleva su nombre o los gobiernos locales y federal bajo su control directo.

El desfalco a Pemex y las riquezas de Carlos Romero Deschamps tienen origen en la represión militar y requisa del sindicato petrolero perpetradas por el presidente Alemán unos días después de tomar posesión. Esta intervención acabaría definitivamente con los elementos democráticos del sindicato para transformarlo en un órgano corrupto al servicio del poder presidencial...

ARTÍCULO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA