ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 26 de septiembre de 2016

"¡Ayotzi vive!" (La Jornada, 26 de septiembre, 2016)

John M. Ackerman

Hoy hace dos años el Estado mexicano desapareció a 43 y ejecutó a tres jóvenes activistas de la Escuela Normal Rural "Isidro Burgos" de Ayotzinapa, Guerrero. Este brutal acto de censura y de represión contra un grupo de disidentes políticos abrió los ojos del mundo respecto de la verdadera naturaleza del narcoestado mexicano. Muchos ya lo sabíamos, pero con el escarmiento del 26 de septiembre de 2014 quedó perfectamente claro para todos que el gobierno supuestamente "moderno" y "reformador" de Enrique Peña Nieto era en realidad un gobierno asesino y corrupto.

En respuesta, todo México se levantó indignado exigiendo justicia y un cambio de régimen. La quema de una enorme efigie de Peña Nieto en el Zócalo capitalino al final de la multitudinaria marcha del 20 de noviembre de 2014 marcó el fin, de facto, del sexenio del esposo de la actriz millonaria de Televisa. Desde ese momento hasta la fecha nadie ocupa la residencia de Los Pinos. Ahí sólo despachan fantasmas que simulan redactar oficios y dar discursos, mientras el destino de la nación se les va de sus manos transparentes, plagiadoras e insustanciales.

Escena de la manifestación del 20 de noviembre de 2014 en el Zócalo capitalino
En contraste, los jóvenes de Ayotzinapa siguen hoy más vivos y presentes que nunca. Cada día 26 salen a marchar de la mano con sus padres, sus madres, sus hermanos y sus compañeros normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Y en cada movilización magisterial, en cada protesta estudiantil, en cada lucha por la tierra y en cada acto del Movimiento Regeneración Nacional se invocan sus nombres y se exige justicia por estos jóvenes héroes de la patria.

Lo que fue quemado en el basurero de Cocula no fueron los 43 estudiantes de Ayotzinapa, sino cualquier apariencia de gobernabilidad democrática. Durante los últimos dos años el narcogobierno no ha hecho más que hundirse más profundamente en un pantano de ignominia. Mientras, la lucha por la aparición con vida de los jóvenes de Ayotzinapa cada día se consolida más nítidamente como un estandarte central en la lucha del pueblo mexicano por lograr un nuevo país más justo y democrático...

TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA