Escasez de gasolina en México, país petrolero |
John M. Ackerman
El gran filósofo y dirigente italiano Antonio Gramsci conminaba a mantener siempre un sano “pesimismo del intelecto” combinado con un decidido “optimismo de la voluntad”. De esa manera evitamos tanto engañarnos con cuentos de hadas sobre una supuesta transformación mágica del país en el futuro como caer en una depresión inmovilizadora que nos hacen cómplices de nuestra propia destrucción.
En este fin de año es importante tomar el tiempo para abrirnos los ojos con respecto a la tragedia de 2016 y la crisis que se acerca en 2017. Pero asomarnos al abismo no debe implicar que nos arrojemos en el. Con consciencia, entrega y organización, el nuevo año también podría ser el momento en que finalmente logremos establecer las alianzas necesarias para hacer realidad el sueño de reconstruir la Nación.
La violencia está fuera de control. Aunque la mayoría de los medios de comunicación intenten esconder la verdad, la realidad es que la tasa de homicidios se mantiene en el mismo nivel en que lo dejó Felipe Calderón en 2012. De acuerdo con las cifras oficiales del INEGI, terminaremos 2016 con aproximadamente 20,000 homicidios en el año. En apenas cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto ya hemos alcanzado casi la misma cantidad de homicidios dolosos que en los seis años del gobierno de Calderón.
La corrupción desbordada ha colapsado las instituciones públicas. Los casos de los gobernadores salientes Javier Duarte, Roberto Borge y Guillermo Padrés son particularmente escandalosos, pero apenas constituyen la punta del proverbial iceberg. Conocemos algunos detalles sobre estos casos porque los nuevos gobernadores buscan utilizar la exhibición de la corrupción de sus antecesores para dar la impresión de que ellos serían diferentes. Sin embargo, los mexicanos sabemos perfectamente bien que personajes como Miguel Ángel Yunes, Carlos Joaquín y Claudia Pavlovich también forman parte de la misma mafia corrupta que ha malgobernado el país desde hace décadas.
Pavlovich siempre ha sido del PRI y es absolutamente fiel a las redes de corrupción estructural sembradas desde hace décadas en el Estado de Sonora por personajes como Manlio Fabio Beltrones. Yunes fue durante mucho tiempo el brazo derecho de Elba Esther Gordillo y compitió en contra de su primo, Héctor Yunes, quien se mantiene en el PRI, para la gubernatura de Veracruz. Miguel Ángel tiene fuertes acusaciones en su contra tanto por desvío de recursos públicos en sus cargos anteriores como por abuso de menores. El nuevo gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, es también un viejo PRIista que saltó del barco para poder ser candidato por la alianza perversa del PANRD. Carlos es el primo de Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía de Peña Nieto y el hombre responsable por la privatización del petróleo nacional y también por la próxima alza en los precios de la gasolina en 2017....
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