John M. Ackerman
Mexico is an enormous, powerful country with a trillion-dollar economy, the 15th largest in the world. It could easily pay for President Trump's allegedly soon-to-be-built southern border wall if it wanted to, fulfilling Trump's signature campaign promise.
But it's not going to happen. Not today, not tomorrow, never. The Mexican people won't pay voluntarily — and none of Trump's gambits to force payment will work.
Which means it's American taxpayers who will pay the $20 billion to $40 billion cost of the wall. Would those rally crowds have cheered the idea so wildly if they'd assumed they or their kids or grandkids would be footing the bill?
First, let's consider whether political pressure can force Mexico neighbor to wall itself off from its northern neighbor.
Mexicans are a proud and dignified people, and they would never allow such a thing to happen. To do so would be the equivalent of the United States paying for Iran, China or Russia's missile defense programs. If the sitting Mexican government did cave into Trump's demands, it would be toppled immediately and replaced by a new government with more of a spine...
READ FULL TEXT OF ARTICLE AT THE DAILY NEWS
ESPAÑOL
México es un país enorme y poderoso con una economía que vale un millón de millón de dólares, la 15ª más grande del mundo. El país podría fácilmente pagar por el muro en la frontera sur del Presidente Trump, que supuestamente se construirá pronto, si así lo deseara, cumpliendo la promesa de campaña de Trump.
Pero no va a suceder. Ni hoy, ni mañana, nunca. El pueblo mexicano jamás pagará por voluntad propia -y ninguno de los planes de Trump para forzar el pago funcionará.
Ello implica que los contribuyentes estadounidenses son quienes que pagarán los $ 20 mil millones a $ 40 mil millones de dólares que costará el muro. ¿Aquellos aguerridos manifestantes en los mítines de campaña de Trump hubieran vitoreado tan vigorosamente la idea del muro si hubieran sabido que ellos, sus hijos o sus nietos pagarían la cuenta?
Consideremos primero si la presión política puede obligar al vecino del sur a aislarse a si mismo de los Estados Unidos.
Los mexicanos son un pueblo orgulloso y digno, y nunca permitirían que tal cosa suceda. Hacerlo equivaldría a que los Estados Unidos pagaran por los programas de defensa antimisiles de Irán, China o Rusia. Si el actual gobierno mexicano abdicara a las demandas de Trump, sería derribado inmediatamente y reemplazado por un nuevo gobierno dispuesto a defender su país...
TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN THE DAILY NEWS