John M. Ackerman
En lugar de esperar hasta después de las elecciones del próximo 4 de junio para el reparto del botín, al parecer algunos de los grupos aliados con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado de México han decidido cobrarle al partido durante el mismo proceso electoral. La muy probable derrota de Alfredo del Mazo en las elecciones para gobernador ha restado la credibilidad a sus promesas de recompensas futuras. Es ahora o nunca, pareciera ser el cálculo de algunos de los grupos que operan en esta entidad federativa.
Ello podría ser la explicación por el violento asalto a las oficinas del PRI en Nezahualcóyotl este viernes pasado. El PRI siempre ha manejado enormes cantidades de dinero en efectivo durante los procesos electorales. Así evita el ojo fiscalizador de las autoridades y se facilita tanto la compra del voto como la recepción de dinero de las fuentes más oscuras e inconfesables.
Históricamente los operadores del PRI han podido manejar sus enormes fajos de billetes con total indiscreción. Con la victoria segura en las elecciones venideras, nadie se atrevía a meterse con los hombres y mujeres fuertes del próximo gobernador.
Pero todo cambia cuando la derrota del PRI se vuelve una posibilidad real, como es el caso hoy en el estado de México. En lugar de un futuro seguro como hombres y mujeres poderosos e impunes, quienes hoy dirigen y manejan la campaña electoral de Del Mazo podrían terminar como simples desempleados después del 4 de junio. Algunos incluso podrían terminar tras las rejas por la comisión de graves delitos electorales o por manejar recursos con procedencia ilícita...
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