John M. Ackerman
Las empresas Epccor y Aldesa, constructores del Paso Exprés en Cuernavaca, Morelos, han declarado que el socavón que llevó a los señores Juan Mena López y Juan Mena Romero a su muerte la semana pasada "fue ocasionado por la erosión de una alcantarilla afectada por el exceso de basura y una acumulación extraordinaria de agua provocada por las intensas lluvias". De la misma manera, Miguel Ángel Mancera ha querido recubrir su ineptitud echando la culpa por las históricas inundaciones en la Ciudad de México a la "acumulación de basura" en el sistema de drenaje de la capital.
La salida más fácil para las autoridades siempre será echar la culpa a las víctimas de cualquier desastre. Hace unos días, el gobernador Héctor Astudillo culpó a los mismos presos por la violenta muerte de 28 internos en la cárcel de Acapulco, en lugar de asumir su responsabilidad legal como mando superior sobre el sistema de readaptación social del estado de Guerrero. A Felipe Calderón le gustaba afirmar, sin dato empírico alguno que lo respaldara, que 90 por ciento de los ejecutados durante su irresponsable, asesino y criminal "guerra contra las drogas", serían narcotraficantes y, por ello, supuestamente merecerían su mortal castigo. Y Lorenzo Córdova aprovecha cualquier oportunidad para echar la culpa a la "desconfianza" ciudadana por la enorme crisis democrática que hoy vivimos.
Las autoridades públicas existen precisamente para anticipar, planear y prevenir las consecuencias trágicas de las elecciones individuales de los ciudadanos y de los fenómenos naturales. Si no son capaces de cumplir con su trabajo la única salida es su renuncia inmediata...
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