ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 25 de septiembre de 2017

"De la caridad a la transformación" (La Jornada, 25 de septiembre, 2017)

John M. Ackerman

Sorprende la sorpresa frente a la masiva movilización ciudadana en solidaridad con las víctimas de los terremotos del 7 y el 19 de septiembre. Los mexicanos, y sobre todo los jóvenes y los ciudadanos más humildes, siempre están listos para salir a las calles cuando haya necesidad. Lo hemos demostrado una y otra vez a lo largo de las últimas décadas, y de manera particularmente destacada durante los últimos dos lustros.

El "voto por voto" de 2006; la lucha contra la privatización petrolera de Felipe Calderón, en 2008; el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, en 2011; #YoSoy132, en 2012; las luchas contra la reforma educativa; la reforma energética y todas las reformas del Pacto por México desde 2013; la constante solidaridad con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y el movimiento del Instituto Politécnico Nacional a partir de 2014, y la enorme movilización popular a raíz del gasolinazo de 2017, son solamente algunos de los ejemplos más evidentes de la gran conciencia y generosidad de los mexicanos.

Hoy, una vez más, nuestro noble pueblo toma las calles para ayudar, para denunciar y para resolver los problemas más urgentes de manera autónoma y solidaria. Como siempre, las autoridades se han quedado rebasadas. Sus mezquinos e hipócritas esfuerzos por apropiarse de la ayuda ciudadana (Graco Ramírez, Angélica Rivera, Silvano Aureoles, etcétera) y por lucrar políticamente con la tragedia de miles de ciudadanos (Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera, Alejandro Murat, Manuel Velasco, etcétera) han quedado evidenciados por las constantes denuncias ciudadanas en las redes sociales y el gran trabajo de investigación de parte de los medios ­independientes.

Las grandes empresas monopólicas también lucran con la tragedia. Televisa utilizó la falsa historia de la niña Frida Sofía, supuestamente atrapada viva entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen, para generar audiencia y distraer la población del abandono de comunidades enteras afectadas por el sismo. Mientras, empresas como Bonafont y Ciel hicieron su agosto con las masivas compras ciudadanas de agua embotellada para los damnificados. Los supermercados, como Soriana y la Comercial Mexicana, y las grandes cadenas estadunidenses, como Homemart y Walmart, también engrosaron sus bolsillos a raíz de la solidaridad popular...

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