ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

miércoles, 21 de febrero de 2018

"Diálogos por la democracia" (Revista Proceso, 18 de febrero, 2018)

John M. Ackerman

Todavía no inician de manera formal las campañas electorales y ya arrecia la guerra sucia y las estrategias de miedo. El nuevo “spot” del PRI amenaza con la desaparición, como por arte de magia, de todas las instituciones y los apoyos gubernamentales en caso de que “ya sabes quien” gane en los comicios presidenciales.

Recientemente un internauta puso en circulación un videojuego donde los participantes tienen como objetivo matar a la mayor cantidad de ciudadanos posibles antes de que cumplan con su obligación ciudadana de emitir su voto. Y el fin de semana pasado, el Presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, lanzó deleznables epítetos racistas en contra de los integrantes del principal partido opositor: Morena. 

Recordemos también como el año pasado, en el día previo a las elecciones para gobernador en el Estado de México, en múltiples oficinas de Morena de esa entidad aparecieron cabezas de puerco y cruces ensangrentadas. Y el mismo día de los comicios-el domingo 4 de junio- se distribuyeron cientos de miles de volantes con calumnias en contra de la candidata de Morena, Delfina Gómez, y se realizaron miles de llamadas con amenazas violentas en contra de quienes estaban registrados como representantes de casilla del mismo partido. 

También debemos tener presente la reciente aprobación de la Ley de Seguridad Interior, una norma que viola flagrantemente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al intentar legalizar la militarización de la seguridad pública y evitar la rendición de cuentas de las Fuerzas Armadas por los abusos sistemáticos de sus integrantes a los derechos humanos. En caso de que las estrategias de miedo y de intimidación no funcionen para desalentar la participación ciudadana en las elecciones, el régimen autoritario se estará preparando para también recurrir directamente a la fuerza.

No es suficiente solamente indignarnos frente a este escenario tan problemático. Los ciudadanos también tenemos la responsabilidad de hacer nuesta parte para elevar el nivel del debate público...

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