John M. Ackerman
Desde hace mucho tiempo, a Andrés Manuel López Obrador lo han acusado de ser un "mesías tropical" y a quienes lo apoyamos como "morenacos". De la misma manera, durante la Revolución Mexicana los periodistas mercenarios decían que Emiliano Zapata era el "Atila del Sur" y hacían constantes alusiones al color de piel y la ascendencia indígena de muchos de los seguidores de Zapata y de Pancho Villa.
El evidente trasfondo racista, clasista y neocolonial de estas y otras descalificaciones se encuentra a los ojos de todos. Quienes no quieren reconocerlo fingen demencia y fomentan irresponsablemente la intolerancia y la violencia.
Las declaraciones de Enrique Ochoa Reza sobre los "prietos que ya no aprietan", para referirse a los ciudadanos que abandonan al PRI para afiliarse al partido Morena, no fueron sacados de contexto por algún periodista mañoso o viralizado por un tuitero avezado, sino que fueron difundidas a los cuatro vientos por el mismo presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El pasado sábado, 10 de febrero, a las 12:29 horas, Ochoa Reza subió a su cuenta de Twitter la frase: "A los prietos de morena les vamos a demostrar que son prietos pero que ya no aprietan", acompañada de un video de él mismo pronunciando esa frase frente a un grupo de acarreados priístas en un mitin en Tabasco (véase: http://bit.ly/2sneRft).
Llama la atención cómo muchos intelectuales que se ufanan de ser "liberales" respondieron en un inicio a las declaraciones de Ochoa Reza. “Lo último que necesita México es echar leña al fuego de la tensión racial, étnica o de clase. No hay lugar para ese discurso, ni para aquello de ‘fresas’, ‘fifi’ o ‘pirrurris’”, escribió León Krauze. "Quizás no sea racista, pero sí es hacer una diferenciación/descalificación por color de piel o estatus social o nivel de vida o clase social. Es innecesario, preocupante y polarizante, provenga de donde provenga, de AMLO o del PRI. Injustificable en todos los casos", comentó Denise Dresser...
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