Banderazo para el operativo CONAGO1/Marco Peláez, jornada.com |
Trescientos 10 mil policías estatales saldrán a las calles esta semana para detener a quien encuentren en su camino, con tal de aparentar que cumplen con su trabajo. Desde anoche a las cero horas hasta el próximo domingo 19 de junio, se llevará a cabo un megaoperativo organizado por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) en el cual, ante la presión por entregar resultados inmediatos, se revisará e interrogará indiscriminadamente a miles de ciudadanos inocentes y se allanarán cientos de domicilios, en franca violación al artículo 16 constitucional. Más que un operativo, esto será una redada nacional.
Marcelo Ebrard, presidente en turno de la Conago, anunció esta acción como una señal de unidad entre los 32 mandatarios locales, ya que independientemente de nuestro origen, trayectoria y aspiraciones políticas, estamos trabajando por la seguridad. Tiene razón el jefe de Gobierno. Con acciones como éstas, Ebrard demuestra que él en particular, y la izquierda en general, no ofrecen nada distinto a los otros partidos políticos en cuanto a estrategias para combatir la delincuencia.
No es gratuito, por ejemplo, que Ebrard haya emitido su grandilocuente mensaje acompañado del gobernador de Chihuahua, César Duarte, un político priísta que ha demostrado ínfimos resultados en materia de seguridad pública, así como nula sensibilidad social. Del mismo modo en que Felipe Calderón ha querido combatir el narcotráfico con vistosos “operativos conjuntos” y estrategias mediáticas, hoy los titulares de las entidades federativas emulan al maestro.
Oficialmente el operativo busca detener el robo de vehículos, a transporte y a pasajeros; desalentar la comercialización de autopartes robadas; recuperar automotores con reporte de robo en todo el país; combatir el secuestro; detener a los probables responsables que tengan pendiente el cumplimiento de una orden judicial; desarticular bandas criminales y verificar los carros con vidrios polarizados o sin placas en toda la República. Estos delitos aparentemente representan entre 65 por ciento y 70 por ciento de los actos delictivos que afectan a la ciudadanía y son parte del catálogo de delitos de alto impacto social, aprobado por la Conago en febrero de 2010.
Marcelo Ebrard, presidente en turno de la Conago, anunció esta acción como una señal de unidad entre los 32 mandatarios locales, ya que independientemente de nuestro origen, trayectoria y aspiraciones políticas, estamos trabajando por la seguridad. Tiene razón el jefe de Gobierno. Con acciones como éstas, Ebrard demuestra que él en particular, y la izquierda en general, no ofrecen nada distinto a los otros partidos políticos en cuanto a estrategias para combatir la delincuencia.
No es gratuito, por ejemplo, que Ebrard haya emitido su grandilocuente mensaje acompañado del gobernador de Chihuahua, César Duarte, un político priísta que ha demostrado ínfimos resultados en materia de seguridad pública, así como nula sensibilidad social. Del mismo modo en que Felipe Calderón ha querido combatir el narcotráfico con vistosos “operativos conjuntos” y estrategias mediáticas, hoy los titulares de las entidades federativas emulan al maestro.
Oficialmente el operativo busca detener el robo de vehículos, a transporte y a pasajeros; desalentar la comercialización de autopartes robadas; recuperar automotores con reporte de robo en todo el país; combatir el secuestro; detener a los probables responsables que tengan pendiente el cumplimiento de una orden judicial; desarticular bandas criminales y verificar los carros con vidrios polarizados o sin placas en toda la República. Estos delitos aparentemente representan entre 65 por ciento y 70 por ciento de los actos delictivos que afectan a la ciudadanía y son parte del catálogo de delitos de alto impacto social, aprobado por la Conago en febrero de 2010.
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