ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 4 de marzo de 2013

"Zapatazo" (La Jornada, 4 de marzo de 2013)

Consejo Político del PRI/Foto: C. Rodríguez, La Jornada 
La coreografiada detención de Elba Esther Gordillo no es un signo de fortaleza sino de debilidad del Estado democrático. En lugar de convencer a la sociedad y ganarles a sus adversarios en el terreno del debate público, Enrique Peña Nieto toma la ruta más fácil de simplemente encarcelar a uno de sus rivales más importantes. De manera similar a Felipe Calderón, Peña Nieto inicia su sexenio con una desesperada búsqueda de reconocimiento personal para compensar su falta de legitimidad electoral.

Se equivocan quienes comparan el encarcelamiento de Gordillo con el "quinazo" de Carlos Salinas de Gortari. En realidad, Peña Nieto no sigue el guión de su supuestamente audaz padrino, sino el del inepto y belicoso Calderón. En 1988, el PRI todavía contaba con una poderosa hegemonía sobre la política nacional. La detención de Joaquín Hernández Galicia, así como las obligadas renuncias de numerosos gobernadores y otros altos funcionarios públicos durante el sexenio de Salinas, permitieron al entonces presidente reafirmar su mando dentro de la piramidal estructura de poder que todavía permanecía intacta.

Hoy el contexto es radicalmente diferente: 38.2 por ciento de la votación comprada en las urnas por el nuevo partido de Estado simplemente no le basta a Peña Nieto para emprender reformas tan agresivas para la economía y el bienestar social como la privatización de Pemex o la imposición del IVA en alimentos y medicinas. La fuerza del PRI de hoy no tiene nada que ver con la del PRI de antaño. Supimos lo que fue el tránsito por el desierto durante 12 añosfuera de Los Pinos, ha comentado el actual presidente del PRI, César Camacho.

Lo de Peña Nieto hoy no es un mensaje hacia dentro para reafirmar el mando personal sobre una pirámide política que ya no existe, sino un golpe mediático orientado a inflar artificialmente al ocupante de Los Pinos en la imagen pública con objeto de distraer e intimidar a la oposición política. Una estrategia similar ya fue ensayada el pasado 1º de di­ciembre. El encarcelamiento de Gordillo combina perfectamente con la brutalidad policiaca y las detenciones arbitrarias el día de la toma de posesión (mi análisis: http://ow.ly/ig27c )...

ARTÍCULO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA