ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

domingo, 29 de mayo de 2016

"Todos somos maestros" (Revista Proceso, 29 de mayo, 2016)

John M. Ackerman

Cuando uno viaja a los hermosos pueblos de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, el visitante es siempre bien recibido con calidez y afecto.  Aún después de décadas de desmantelamiento institucional y corrupción autoritaria, México sigue siendo un país reconocido internacionalmente por su enorme hospitalidad, generosidad y apertura.  Estas características son particularmente arraigadas en los estados del sur así como entre los maestros y las maestras, líderes naturales en sus pueblos por su dedicación permanente a la infancia y al fortalecimiento de la vida comunitaria.

Indigna y da vergüenza, entonces, ver la manera en que las autoridades de la Ciudad de México, y de un sector de la sociedad capitalina, reciben con desprecio y rechazo a los maestros quienes acuden a la capital en busca de apoyo para su lucha en defensa de la cultura, la educación y la patria. 

Miguel Ángel Mancera se comporta como un pequeño dictadorzuelo siguiendo órdenes desde Los Pinos y Washington.  En franca violación de los derechos de tránsito, de libre expresión y de reunión, Mancera obstaculiza la entrada a la ciudad de los maestros, los acosa constantemente en sus plantones obligándolos a cambiar de sitio cada noche y finalmente los deporta de la ciudad, al peor estilo de los policías migratorios de los Estados Unidos, enviando una clara señal de que para el Jefe de Gobierno la capital no le pertenece a todos los mexicanos sino solamente a unos cuantos privilegiados al servicio de la oligarquía nacional.


Por otra parte, muchos capitalinos también se desquitan, por ignorancia o mala fé, con los maestros.  “Regrésate a tu casa” o “pinches mugrosos”, son dos de las descalificaciones más comunes lanzados a los profesores por ciudadanos apurados para llegar a tiempo a sus trabajos.  Lo que no saben quienes solamente ven Televisa, leen Letras Libres o hojean La Alarma es que son las autoridades, no los luchadores sociales, los responsables tanto por las dificultades de movilidad como por las complicaciones sanitarias causadas por la visita de los profesores...

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