ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

martes, 29 de mayo de 2018

"Todos somos Nestora" (Revista Proceso, 27 de mayo, 2108)

John M. Ackerman

Los desesperados ataques de José Antonio Meade en contra de Nestora Salgado pintan de cuerpo entero al régimen autoritario que ya se acerca a su fin. Con el propósito de desviar la atención de las enormes corruptelas y los sistemáticos crímenes de lesa humanidad que han marcado este sexenio, Meade se lanza con todo en contra de una valiente mujer, indígena y migrante, quien no ha hecho otra cosa que defender a su pueblo natal de Olinalá, Guerrero, de la delincuencia organizada y luchar a favor de los derechos humanos de todo el pueblo mexicano. 

Quien tendría que estar en la cárcel no es Nestora, sino Meade. Los verdaderos cómplices del crimen organizado no son los policías comunitarios, quienes, amparados por la Ley 701 del estado de Guerrero, defienden la paz y la tranquilidad social, sino los altos funcionarios públicos que encubren a los gobernadores corruptos y promueven la utilización del presupuesto federal para financiar campañas electorales. 

Meade es la cara viviente del privilegio, la impunidad y el abuso de poder. El candidato de Enrique Peña Nieto nació en el seno de una familia de elite cuya fortuna proviene de sus amplios vínculos con destacados políticos tanto del PRI como del PAN. Estas redes de poder le permitieron a Meade ingresar y sufragar las colegiaturas astronómicas de escuelas como el ITAM y Yale. Y fue gracias a estos mismos contactos, y no por algún mérito propio o capacidad académica especial, que el ahora candidato del PRI a la Presidencia de la República logró ir escalando de puesto en puesto dentro de la administración pública federal. 

No es la lucha sino el champán lo que define el actuar del ex-secretario de Hacienda tanto de Felipe Calderón como de Peña Nieto. No es la valentía sino la comodidad lo que caracteriza la vida y la perspectiva política del gran encubridor de los saqueos de las últimas dos décadas (véase mi análisis reciente en estas mismas páginas sobre “Meade: el chapulín encubridor”: https://bit.ly/2q6vW9Q)...

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martes, 22 de mayo de 2018

"1968, 1988, 2018: Continuidades y rupturas históricas" (Diálogos por la democracia, TV UNAM, 20 de mayo, 2018)

¿2018 MARCARÁ UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA HISTORIA POLÍTICA DE MÉXICO?
TODOS LOS DOMINGOS A LAS 19:30 HORAS EN TV UNAM

Invitada especial, 20 de mayo: Dra. Guadalupe Valencia, Directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), UNAM

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lunes, 21 de mayo de 2018

"Trumpismo mexicano" (La Jornada, 21 de mayo, 2018)

John M. Ackerman

Donald Trump encarna la intolerancia, la ignorancia y la mentira. Dice que los mexicanos somos "violadores", se burla de los discapacitados y frecuentemente recurre a epítetos racistas y machistas. La semana pasada, Trump se refirió a los migran­tes indocumentados como "animales". Hace unos me­ses el presidente estadunidense caracterizó a las naciones expulsoras de migrantes, como México, como "hoyos de mierda". 

El magnate neoyorquino también desprecia la verdad y la ciencia. Suele descalificar investigaciones realizadas por académicos y periodistas serios, así como lanzar ocurrencias absurdas sin mayor sustento que sus propios prejuicios. Su posicionamiento sobre el cambio climático global es solamente uno de los ejemplos más burdos al respecto.

El ocupante de la Casa Blanca desdeña la institucionalidad democrática y los derechos humanos. Por ejemplo, ha promovido una serie de "acciones ejecutivas" que afectan gravemente los derechos humanos de los mexicanos residentes en Estados Unidos y también violan flagrantemente el pacto federal.

En México existe una corriente política muy similar al trumpismo estadunidense. Cuando Enrique Ochoa Reza se burla de los "prietos", Javier Lozano se lanza en contra de los "viejitos" y el candidato priísta al Senado Raúl Bolaños llama a sus simpatizantes a "romperle la madre" a Morena, evidencian que el viejo partido de Estado comparte la misma intolerancia y agresividad autoritaria que Trump. El gobierno de Enrique Peña Nieto también ya aplica las draconianas políticas migratorias estadunidenses dentro del mismo territorio mexicano.

Cuando Ricardo Anaya utiliza cifras falsas y presenta libros inexistentes y Pablo Hiriart inventa enfermedades fantasiosas para atacar a Andrés Manuel López Obrador no hacen otra cosa que copiar los estilos y las prácticas del magnate neoyorquino. Y cuando Jaime Rodríguez Calderón propone cercenarle la mano a los delincuentes canaliza el mismo fundamentalismo religioso y criminal que enarbola el titular del gobierno estadunidense.

Afortunadamente, la cultura política mexicana es mucho más sofisticada y humanista que la que predomina al norte del río Bravo. Las bravuconadas y las intolerancias de Trump le ayudaron a conquistar más de 60 millones de votos en las más recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos, en noviembre de 2016. Este resultado evidenció la profunda ignorancia política que predomina entre vastos sectores de la población estadunidense.

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lunes, 14 de mayo de 2018

"'Magia' priista" (Revista Proceso, 13 de mayo, 2018)

John M. Ackerman

En el “relanzamiento” de la campaña presidencial de José Antonio Meade el pasado 6 de mayo, Emilio Gamboa exclamó eufórico, en entrevista con el periodista Enrique Méndez de La Jornada: “Hay tiempo para ganar. ¡El partido es mágico!”. Tiene razón el coordinador de los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Décadas de experiencia con la alquimia electoral han convertido los dirigentes del viejo partido de Estado en verdaderos magos del fraude. 

“Con poquito, pero vamos a ganar”, declaró el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Armando Neyra, confiado en que la mezcla perfecta de operación clientelar, acarreo delincuencial, violencia política y guerra sucia funcionarán para colocar a Meade en Los Pinos el próximo 1 de julio. Efectivamente, Meade ha citado numerosas veces los fraudes perpetrados el año pasado en Coahuila y el Estado de México como “ejemplos” a seguir rumbo a la Presidencia de la República. 

El senador priista Manuel Cavazos fue más preciso en su argumentación, también en entrevista con Enrique Méndez el mismo domingo 6: “Las elecciones se ganan en la casilla y para llenar ese hueco, ese bache, esa distancia entre la casa y la casilla se necesita mucha organización y estructura, y eso sólo lo tiene el PRI”. Cavazos después remataría: “Las encuestas se hacen en casa. Y si le preguntan, usted dice por quién piensa votar. Ah, pero que ese día se levante a votar, deje el futbol y la fiesta, eso es otra cosa, y eso no lo toman en cuenta.” 

Queda perfectamente clara la estrategia del PRI. Gastarán millones de dólares, euros y pesos al margen de la ley para, por un lado, movilizar legiones de ciudadanos vulnerables por medio de operativos ilegales de acarreo de votantes y, por otro lado, desmovilizar a los simpatizantes de sus adversarios por medio de la intimidación, el miedo y la distracción. De manera complementaria, el régimen también utilizará amenazas directas y estrategias de cooptación, la fórmula clásica de “plata o plomo”, tanto para ahuyentar los representantes de casilla de Morena como para domar a los ciudadanos funcionarios de casilla que pudieran atreverse a denunciar las irregularidades...

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lunes, 7 de mayo de 2018

"El dinero contra la democracia" (La Jornada, 7 de mayo, 2018)

John M. Ackerman

Sin una separación clara entre las esferas públicas y privadas, entre los políticos y los empresarios, se colapsan tanto la democracia como la libre competencia. Cuando el dinero determina quién ocupa los cargos en la administración pública, las elecciones se convierten en meros ejercicios simbólicos para legitimar la continuidad en el poder de una minoría rapaz. Y cuando el gobierno se utiliza para favorecer a unos cuantos empresarios potentados, el mercado pierde su dinamismo y se estancan la innovación y el desarrollo.

Para avanzar como nación fuerte y soberana es necesario que tanto las instituciones gubernamentales como el sector privado se independicen del puñado de oligarcas que hoy saquean simultáneamente las arcas públicas y la economía popular. Con un gobierno sólido y autónomo que defienda el interés público, se abriría el espacio necesario para el florecimiento de las empresas, las organizaciones sociales y la ciudadanía en general.

Nuestro marco jurídico establece reglas claras con el fin de blindar los procesos electorales de la interferencia indebida del dinero y el poder privado. El artículo 41 de la Constitución fija el principio fundamental de que "los recursos públicos prevalezcan sobre los de origen privado". El mismo artículo también señala que "ninguna persona física o moral, sea a título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar propaganda en radio y televisión dirigida a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos de elección popular".

Estas disposiciones colocan al derecho electoral mexicano años luz más allá del marco jurídico estadunidense...

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martes, 1 de mayo de 2018

"Salinas reloaded" (Revista Proceso, 29 de abril, 2018)

John M. Ackerman 

El formato del primer debate presidencial entretuvo a los televidentes, pero obstaculizó una discusión a fondo sobre los grandes problemas nacionales. El limitado tiempo para las intervenciones y las réplicas de los candidatos no permitió un adecuado desarrollo de las propuestas. Fue un gran espectáculo mediático, una serie de spots alargados, que se quedó muy corto con respecto a la formación cívica de la población. 

Se contabilizaron más de 50 ataques directos hacia Andrés Manuel López Obrador durante el debate. Quienes critican al tabasqueño por supuestamente no responder a esta andanada de agresiones evidencian su mala fe. Si el tabasqueño se hubiera dedicado a responder puntualmente a cada uno de los ataques, no hubiera tenido tiempo para desarrollar ninguna propuesta propia. 

López Obrador hizo lo correcto. En lugar de distraerse con la guerra de lodo que le proponían los otros cuatro candidatos, se dirigió directamente a los mexicanos para exponer sus iniciativas. Mientras la jauría evidenciaba su pequeñez y su obsesión personal con el candidato de Morena, López Obrador demostró gran altura al demostrar su sincera preocupación con la resolución de los graves problemas de la nación. 

En contraste, la pronunciada agresividad de Anaya lo pintó de cuerpo entero. El candidato panista busca tapar su enorme inexperiencia e incapacidad políticas con descalificaciones hacia el puntero en las encuestas...

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