Tienen razón los consejeros electorales cuando afirman que "nuestro país merece un proceso electoral ejemplar" y que ello "depende de refrendar la vocación democrática y apegada a las reglas vigentes de todos los mexicanos". Yerran, sin embargo, al culpar sólo a los actores políticos cuando los mismos funcionarios electorales son los principales responsables de haber generado el actual contexto de ilegalidad generalizada en materia electoral.
El IFE hoy se encuentra inmerso en una profunda crisis de legitimidad que nos conduce a una jornada electoral cuestionada y llena de conflictividad política. Si los tres nuevos consejeros electorales quieren evitar este oscuro desenlace no será suficiente con ayudar a administrar la desgracia, es preciso que ayuden a imprimir inmediatamente una nueva dinámica institucional al órgano electoral.
El caso más urgente por resolver es el de la multa por 288.7 millones de pesos al Partido Verde Ecologista (PVEM) que ha quedado congelada desde el 27 de abril al empatar la votación de los seis consejeros allí presentes. Ésta sería la tercera sanción más grande impuesta por el IFE en su historia, solamente superada por las sanciones al Partido Revolucionario Institucional (PRI) porPemexgate y al Partido Acción Nacional, junto con el mismo PVEM, por el caso Amigos de Fox...
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