Gerardo Laveaga/Foto: Carlos Ramos, La Jornada |
México no progresará hasta que los funcionarios públicos de alto nivel sean nombrados con base en su conocimiento, experiencia y honestidad, en lugar de su lealtad personal al jefe en turno. El actual desastre nacional es resultado directo del sectarismo, amiguismo y falta de visión de Estado que han caracterizado los nombramientos de Felipe Calderón desde el principio de su sexenio.
Hoy un médico ineficaz dirige la Secretaría de Educación Pública, un economista inexperto la Secretaría de Salud, un académico gris la Secretaría de Gobernación y un contador terco la Secretaría de la Función Pública, para mencionar solamente algunos ejemplos. Aquellos integrantes del gabinete que han logrado fama, como Juan Molinar Horcasitas, Alonso Lujambio y Javier Lozano, no lo hicieron gracias a su capacidad, sino por su beligerancia y falta de ética y profesionalismo. Pero el ejemplo más claro de que no existe un contexto de exigencia con respecto a resultados concretos en el gobierno actual es la permanencia de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública. Es a todas luces inaceptable que este funcionario siga en su puesto a pesar de su contundente fracaso en garantizar la seguridad de los mexicanos, así como su grosera falta de respeto a los derechos humanos de la población.
Pero al parecer no le importa a Calderón el desempeño de sus empleados, sino únicamente su servilismo y fidelidad. Recordemos las palabras desmedidas de Roberto Gil Zuarth a la hora de dejar la secretaría particular de la Presidencia de la República: “Quiero ser como usted, señor Presidente… debemos dar gracias de que la mano invisible de Dios nos dio al mejor Presidente”. Asimismo, el extraño comportamiento del ombudsmannacional, Raúl Plascencia, en el caso de Florence Cassez solamente se puede entender como un pago de factura a Calderón y el PAN por el apoyo a su nombramiento como titular de la CNDH.
No sorprende entonces que Calderón ahora busque colocar a Gerardo Laveaga como comisionado en el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai). Laveaga ha fungido como director del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), principal órgano gubernamental a cargo de la profesionalización de los policías en el país, desde 2001, y ha sido sumamente leal a Calderón. Recordemos, por ejemplo, el papel que jugó el año pasado como golpeador mediático de oficio contra los más de 20 mil ciudadanos mexicanos que presentaron información sobre la crisis humanitaria que se vive en el país a la Corte Penal Internacional en La Haya...
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