ADQUIERE "EL MITO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA"

lunes, 26 de diciembre de 2016

"Lo peor está por venir" (Revista Proceso, 25 de diciembre, 2016)

Escasez de gasolina en México, país petrolero
John M. Ackerman

El gran filósofo y dirigente italiano Antonio Gramsci conminaba a mantener siempre un sano “pesimismo del intelecto” combinado con un decidido “optimismo de la voluntad”. De esa manera evitamos tanto engañarnos con cuentos de hadas sobre una supuesta transformación mágica del país en el futuro como caer en una depresión inmovilizadora que nos hacen cómplices de nuestra propia destrucción.

En este fin de año es importante tomar el tiempo para abrirnos los ojos con respecto a la tragedia de 2016 y la crisis que se acerca en 2017. Pero asomarnos al abismo no debe implicar que nos arrojemos en el. Con consciencia, entrega y organización, el nuevo año también podría ser el momento en que finalmente logremos establecer las alianzas necesarias para hacer realidad el sueño de reconstruir la Nación.

La violencia está fuera de control. Aunque la mayoría de los medios de comunicación intenten esconder la verdad, la realidad es que la tasa de homicidios se mantiene en el mismo nivel en que lo dejó Felipe Calderón en 2012. De acuerdo con las cifras oficiales del INEGI, terminaremos 2016 con aproximadamente 20,000 homicidios en el año. En apenas cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto ya hemos alcanzado casi la misma cantidad de homicidios dolosos que en los seis años del gobierno de Calderón. 

La corrupción desbordada ha colapsado las instituciones públicas. Los casos de los gobernadores salientes Javier Duarte, Roberto Borge y Guillermo Padrés son particularmente escandalosos, pero apenas constituyen la punta del proverbial iceberg. Conocemos algunos detalles sobre estos casos porque los nuevos gobernadores buscan utilizar la exhibición de la corrupción de sus antecesores para dar la impresión de que ellos serían diferentes. Sin embargo, los mexicanos sabemos perfectamente bien que personajes como Miguel Ángel Yunes, Carlos Joaquín y Claudia Pavlovich también forman parte de la misma mafia corrupta que ha malgobernado el país desde hace décadas. 

Pavlovich siempre ha sido del PRI y es absolutamente fiel a las redes de corrupción estructural sembradas desde hace décadas en el Estado de Sonora por personajes como Manlio Fabio Beltrones. Yunes fue durante mucho tiempo el brazo derecho de Elba Esther Gordillo y compitió en contra de su primo, Héctor Yunes, quien se mantiene en el PRI, para la gubernatura de Veracruz. Miguel Ángel tiene fuertes acusaciones en su contra tanto por desvío de recursos públicos en sus cargos anteriores como por abuso de menores. El nuevo gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, es también un viejo PRIista que saltó del barco para poder ser candidato por la alianza perversa del PANRD. Carlos es el primo de Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía de Peña Nieto y el hombre responsable por la privatización del petróleo nacional y también por la próxima alza en los precios de la gasolina en 2017....

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viernes, 23 de diciembre de 2016

"Entrevista in extenso a John Ackerman sobre AMLO, EZLN, Trump y más" (El Hijo del Rayo, Diciembre, 2016)

¿POR QUÉ APOYAR A LÓPEZ OBRADOR HACIA 2018?
¿ES POSIBLE UNA ALIANZA ENTRE LA IZQUIERDA ELECTORAL Y LA IZQUIERDA SOCIAL?

ACCESO DIRECTO A LA ENTREVISTA EN YOUTUBE: 

lunes, 19 de diciembre de 2016

"Nochixtlán: seis meses de impunidad" (La Jornada, 19 de diciembre, 2016)

Policías disparan en contra del pueblo de Nochixtlán el 19 de junio de 2016
John M. Ackerman

Hoy se cumplen seis meses del brutal y cobarde asalto al pueblo mixteco por la policía estatal, la policía federal y la Gendarmería, el 19 de junio de 2016, en el cual murieron ocho y fueron heridos de bala más de 100 indígenas en el pueblo de Nochixtlán, Oaxaca. Hasta la fecha, ni un solo agente o mando ha sido castigado por su responsabilidad en este evidente crimen de Estado. Con esta enorme huella de impunidad se busca mandar el mensaje de que el gobierno puede matar y reprimir a su antojo en México.

Pero las víctimas se niegan a rendirse. Están decididos a luchar hasta el final para lograr un castigo ejemplar para los responsables, así como justicia para los caídos. Saben que su lucha no es solamente en defensa de su dignidad, sino también por el derecho de todos los mexicanos a defender su territorio, su cultura y su historia en el futuro.

Si permitimos que una nube de silencio cómplice recubra este caso como ha ocurrido en otros casos recientes: Ayotzinapa, Tlatlaya, Apatzingán, Ostula y Tanhuato, podemos estar seguros de que cada día habrá más desaparecidos y masacrados en México. Cada vez que las autoridades logran imponer su verdad histórica, el pueblo pierde su control sobre su propio devenir histórico y por lo tanto su capacidad de resistencia, de organización y de poder transformador.

La responsabilidad directa de las fuerzas del Estado es aún más transparente en el caso de Nochixtlán que en el de Ayotzinapa. Con toda alevosía y premeditación, el entonces gobernador Gabino Cué, junto con Miguel Ángel Osorio Chong, buscó acabar de una vez por todas con el levantamiento magisterial e infundir miedo en la población. Aquel domingo de plaza y Día del Padre, las fuerzas del Estado demostraron que no tienen vergüenza ni moral de ningún tipo.

Desde muy temprano, los cientos de policías fuertemente armados lograron desalojar rápidamente el bloqueo carretero organizado por maestros de la sección 22 de la CNTE y organizaciones sociales afines en protesta por la reforma educativaprivatizadora y neoliberal. En menos de media hora y sin mayor resistencia de parte de los manifestantes, quienes habían acordado un repliegue estratégico, ya se había restablecido el flujo normal de tránsito....

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viernes, 16 de diciembre de 2016

"Mexico: Ending the Neoliberal Nightmare" (NACLA, Vol. 48, No.4, pp. 294-300, December, 2016)



The “pink tide” passed by Mexico. However, the emergence of new social and political movements may represent a beacon of hope to revive the region’s Left.

John M. Ackerman

At first glance, Mexico would seem to be a lost cause for the Left. After the failure of the “Washington Consensus” to bring peace and prosperity to Latin America in the 1990s, almost every country joined the “pink tide” at some point over the last two decades, including Brazil, Venezuela, Argentina, Uruguay, Ecuador, Chile, Paraguay, Honduras, Bolivia, El Salvador, Nicaragua, and Peru. None of these experiments were perfect, and many were cut far too short, but each one of these countries demonstrated enough political flexibility to at least begin to respond to citizen discontent through institutional channels.

Mexico’s congealed political system, on the other hand, has not even started to develop practical alternatives to neoliberalism. Since 1982, the country has glided without interruption towards a neoliberal dystopia of increased wealth concentration, radical labor “flexibilization,” and the privatization of almost everything and anything in sight. Simultaneously, Mexico has maintained the same old authoritarian politics grounded in government repression and censorship, fraudulent elections, and a reverse “cultural revolution” bent on expunging the country’s long tradition of social activism and community resistance.

The progressive governments of Latin America are now under fire. The 2015 victory of Mauricio Macri in Argentina, the politically motivated impeachment of Dilma Rousseff in Brazil in August 2016, and the ongoing economic war against Nicolás Maduro in Venezuela—combined with the previous ousting of Manuel Zelaya in Honduras in 2009 and Fernando Lugo in Paraguay in 2012—imply a clear resurgence of right-wing politics in the region.


In this context, the possibility of a left-wing revival in Mexico would seem to be even more of a pipe dream. If Mexico wasn’t able to accompany the shift to the left when conditions were relatively favorable, with high oil and commodities prices and an opening up in the geopolitical context, it would seem to be simply impossible for it to do so now, in the middle of a global economic downturn combined with concerted efforts by the United States to lock down “rebellious” Latin American states.

Surprisingly, the situation appears to be precisely the opposite. The lack of political and economic change over the last three decades in Mexico has turned it into a prime site for the renovation and strengthening of the Left. Today’s global climate of economic instability and ideological transformation has put the status quo, whatever that may be, at a distinct disadvantage. In Brazil, Venezuela, and Argentina, for instance, the Right has used profound feelings of discontent to oust or challenge sitting progressive governments. Meanwhile, countries with progressive governments, such as in Bolivia, are faced with the challenging task of simultaneously combatting the ideological apparatus of their local oligarchies and defending the status quo....

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domingo, 11 de diciembre de 2016

"Fugados" (Revista Proceso, 11 de diciembre, 2016)

John M. Ackerman

El año pasado Joaquín “El Chapo” Guzmán se escapó por un túnel de 1.5 kilómetros cavado debajo de una de las cárceles de mayor seguridad del país, con evidente complicidad desde las más altas esferas del gobierno federal. El capo posteriormente se dejaría “recapturar” por Miguel Ángel Osorio Chong, al parecer bajo la condición de no ser extraditado inmediatamente a los Estados Unidos. 

Hace unas semanas, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, se fugó del país utilizando un pasaporte falso. La entonces Procuradora General de la República y ahora Secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, coincidentemente esperó hasta unas horas después de la desaparición del gobernador para girar los órdenes de aprensión correspondientes en contra del veracruzano por haber encabezado uno de los robos más grandes del siglo. 

Hace unos días, quien fuera Secretario de Hacienda de Felipe Calderón (2006-2009) y ahora gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, anunció que él también está haciendo maletas para abandonar el país. Como bien demostró Proceso la semana pasada, la normatividad no permite la renuncia de Carstens. Pero no le importa la ley al principal arquitecto de la fallida estrategia económica neoliberal de la última década. Prefiere huir antes de tener que rendir cuentas frente al total colapso económico que se acerca en 2017. 

Como ratas saltando de un barco a la deriva, estos tres personajes emblemáticos de la estructura prevaleciente de criminalidad, corrupción y desigualdad son protegidos por las instituciones realmente existentes. Quienes se quedan a mando les deben demasiados favores a los fugados para castigarlos como se merecen. Lo mismo ocurre con otras figuras como Tomás Yarrington, Rodrigo Medina, Roberto Borge, Humberto Moreira, Fausto Vallejo, César Duarte, Guillermo Padrés, Miguel Alonso Reyes y el mismo Felipe Calderón. Las redes de complicidad que tejieron cuando ocupaban sus tronos respectivos hoy siguen operando a su favor para garantizar su más absoluta impunidad. 

La gran pregunta, sin embargo, es: ¿Dónde se esconderá Enrique Peña Nieto al final de su sexenio? ¿Quiénes lo protegerán una vez que él también se salte de la nave del Estado mexicano que ha naufragado y despedazado con tanta efectividad?....

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martes, 6 de diciembre de 2016

"El virrey de Oaxaca" (La Jornada, 6 de diciembre, 2016)

John M. Ackerman

Oaxaca está en ruinas. La esperanza del gobierno de la "transición" de Gabino Cué muy rápidamente se convirtió en una pesadilla marcada por la represión, la impunidad y malos manejos financieros. Como Vicente Fox y Felipe Calderón a escala nacional, Cué desperdició una oportunidad de oro para transformar la forma de ejercer la autoridad y de relacionarse con la ciudadanía.

Pero el retorno del PRI en Oaxaca en 2016 amenaza ser aún más desastroso que el regreso del PRI al nivel federal desde 2012. El nuevo gobernador, Alejandro Murat, pertenece a una nueva generación de gobernadores del PRI que ha resultado ser aún más cínica y corrupta que sus predecesores. Bebesaurios, como Javier Duarte, Humberto Moreira, Manuel Velasco, Rodrigo Medina, Tomás Yarrington, César Duarte y el mismo Enrique Peña Nieto, han sido un total desastre para el país y para sus entidades federativas. En las próximas elecciones para gobernador en el Estado de México, en 2017, Alfredo del Mazo Maza ya se prepara para repetir el mismo guión.

Murat ha desdeñado la legalidad desde el primer día de su gestión. En lugar de establecer los acuerdos necesarios para poder tomar posesión de acuerdo con la ley en la sede del Congreso del estado, el nuevo gobernador decidió celebrar un acto improvisado a la 1:30 AM en las instalaciones de la televisora estatal.

El artículo sexto de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Oaxaca dice explícitamente que "el Congreso del estado tendrá su residencia oficial en la ciudad de Oaxaca de Juárez, celebrará sus sesiones en el edificio sede del Poder Legislativo y no podrá trasladarse a otro lugar, sin que así lo acuerden las tres cuartas partes de los diputados presentes". Sin embargo, no se emitió convocatoria oficial alguna a los diputados para la celebración de la sesión extemporánea de toma de posesión. Tampoco hay documentación que indique que los diputados hayan acordado trasladar la sesión a la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión...

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jueves, 1 de diciembre de 2016

"Donald Trump's Latin American Double: Enrique Peña Nieto" (Kings College Politics & Society, November, 2016)

John M. Ackerman

Donald Trump´s visit to Mexico City with President Enrique Peña Nieto on August 31st, 2016, in the heat of the presidential election campaign, left many people speechless. How was it possible that the President of a Nation which has been systematically vilified and insulted by the Republican presidential candidate could have welcomed its attacker with open arms?

Even more surprising was the fact that Peña Nieto and Trump seemed to get along so well. During their joint press conference in Mexico City, Peña Nieto applauded their “fundamental agreements” on policy and offered to work with the Republican candidate to “strengthen” both the US-Mexico and the Mexico-Guatemala borders. During his turn at the microphone, Trump said Peña Nieto was his “friend”. Later, during his immigration speech in Arizona later that day, the Republican candidate called Peña Nieto a “wonderful president”, just as he simultaneously ratified his promise to build an “impenetrable, physical, tall, powerful, beautiful, southern border wall”.

A few weeks earlier, the Prime Minister of Hungary, Viktor Urban, had publicly endorsed Trump´s candidacy. Peña Nieto did not go as far as Urban in his own public statements, but actions speak louder than words. By giving the Republican candidate the opportunity simultaneously to appear to be a statesman, as well as supposedly respectful of at least some Mexicans, Peña Nieto gave Trump just the helping hand he needed to bounce back in the polls.

Peña Nieto supposedly is not a nativist, neo-fascist like Trump or Urban. From the first day he took office in December of 2012, the Mexican President has been hailed by the international press as the example of a well-behaved neoliberal free-trader. Time magazine named him one of its “100 Most Influential People in the World,” claiming that he “combines Reagan’s charisma with Obama’s intellect and Clinton’s political skills.” The Financial Times raved that with the death of Venezuela’s Hugo Chávez, Peña Nieto may now take up the torch of Latin American leadership and revive the “Washington Consensus”. Meanwhile, Thomas Friedman, of the New York Times, called Mexico the “Comeback Kid” under Peña Nieto.

How is it possible that a neo-fascist like Trump and a neoliberal like Peña Nieto get along so well? For instance, how can they possibly see eye-to-eye on key policy issues like the future of the North American Free Trade Agreement (NAFTA)?...

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lunes, 28 de noviembre de 2016

"Golpe de Estado silencioso" (Revista Proceso, 27 de noviembre, 2016)

Salvador Cienfuegos, Enrique Peña Nieto y Vidal Soberón
John M. Ackerman

La intromisión de las fuerzas militares en la vida política y social del país ha llegado a extremos intolerables que ponen en riesgo tanto la institucionalidad democrática como la soberanía nacional. Hoy atestiguamos el equivalente a un golpe de Estado subrepticio y silencioso. Si la sociedad no detiene la militarización rampante, Los Pinos pronto podría ser ocupado por un general. 

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha presentado en la Cámara de Diputados una iniciativa que para una nueva Ley de Seguridad Interior, que tiene el objetivo de normalizar la participación inconstitucional de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública y de control social interno. 

La aprobación de esta iniciativa implicaría una transformación radical en el papel de los militares en la vida nacional. Normalmente, los soldados solamente pueden participar en asuntos de “seguridad nacional”. Y el artículo 129 de la Constitución es absolutamente claro: “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”. 

Sin embargo, la propuesta del Diputado César Camacho Quiróz, en cumplimiento de órdenes giradas por Enrique Peña Nieto y el Secretario de Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, habilitaría a los militares para involucrarse también directamente en asuntos de “seguridad interna”. Y este concepto lo define de la manera más abstracta y general: cualquier asunto que “ponga en peligro la estabilidad, seguridad o la paz pública”. 

Con la nueva ley, los militares ya no se dedicarían exclusivamente a defender el territorio patrio y a suplir a las autoridades civiles en casos de emergencia, sino que se transformarían en responsables permanentes del “orden” interno y, por lo tanto, en una fuerza política pluripotenciaria y autónoma capaz de intervenir por voluntad propia en casi cualquier momento. Es decir, se autorizaría formalmente la persecución castrense de la oposición política y los movimientos sociales en todo el país...

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lunes, 21 de noviembre de 2016

"La revolución de 2018" (La Jornada, 21 de noviembre, 2016)

Francisco I. Madero, el apóstol de la democracia
John M. Ackerman

Ciento seis años después del estallamiento de la Re­volución Mexicana, nuestro país hoy se encuentra listo para un nuevo levantamiento social. En esta ocasión no será necesario tomar las armas, sino que tendremos la oportunidad de tomar el poder de manera pacífica por medio de las elecciones presidenciales de 2018.

Hoy el pueblo mexicano repudia a su Presidente quizás más que en ningún otro momento en la historia. De acuerdo con las encuestas de opinión pública, solamente 24 por ciento de la población hoy aprueba el trabajo de Enrique Peña Nieto. Es muy difícil encontrar a alguien, en la oficina, en la escuela, en la familia o en nuestras comunidades, que alabe el trabajo del mandatario federal. Ni Carlos Salinas, quien hundió la economía y saqueó la nación, ni Felipe Calderón, quien hundió el país en un criminal baño de sangre, habían logrado desprestigiar de manera tan profunda a la investidura presidencial.

La devaluación constante del peso, el colapso de la economía, los permanentes escándalos de corrupción, el servilismo de la política exterior, así como la generalización de la violencia y la represión en todo el país, han convencido a los mexicanos que quien hoy ocupa Los Pinos ha traicionado al pueblo. Cada día más ciudadanos se despiertan cada mañana con la convicción de que un país tan rico, digno y soberano como México no merece la situación tan grave en que se encuentra.

Ni Porfirio Díaz generó tanto rechazo entre la población como Peña Nieto. Recordemos que en 1910 solamente 18 por ciento de los ciudadanos mayores a 15 años sabían leer y escribir. Si bien millones de valientes mexicanos se levantaron en armas en contra del despotismo, en aquel momento la población también era extremadamente vulnerable a las mentiras del poder...

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domingo, 13 de noviembre de 2016

"Una nueva era" (Revista Proceso, 13 de noviembre, 2016)

John M. Ackerman

La derrota de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos constituye el último clavo en el ataúd del centrismo “moderado” y “liberal” dominante en Europa y las Américas desde la caída del Muro de Berlin en 1989. La hipócrita “tercera vía” del capitalismo de cuates “con rostro humano” ha seguido los pasos del viejo comunismo burocrático realmente existente. Ambos sistemas incumplieron trágicamente con sus promesas de garantizar el bienestar y los derechos humanos de la población. Hay que empezar de nuevo. 

En 1992 Francis Fukuyama anunció el supuesto “fin de la historia” a raíz del derrumbe del comunismo en Rusia y Europa del Este. Hoy somos testigos de lo que podríamos llamar “el fin del fin de la historia”. De nuevo se configuran dos polos en disputa, pero esta vez la batalla no será entre los países del “primer” y el “segundo” mundo, sino entre los de arriba y los de abajo al interior de todos los países del planeta. 

Los Estados Unidos llega tarde a la ola mundial de repudio a un sistema plutocrático que cada vez genera más desigualdad y aleja el ciudadano común de la política. La rebelión empezó en Sudamérica con una serie de históricas victorias populares de la izquierda en Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Posteriormente, hubo réplicas fallidas en el Medio Oriente con la “Primavera Árabe” y en los Estados Unidos con Occupy Wall Street. Y en los años recientes la ola de repudio al estatus quo ha encontrado una causa electoral en movimientos como el de Syriza en Grecia, Podemos en España y los fenómenos de Jeremy Corbyn en Reino Unido y Bernie Sanders en EU. 

La reacción de la derecha más retrógrada a esta ola de movilización popular a favor de una justicia verdadera y la democracia auténtica no se ha hecho esperar. Michel Temer, Mauricio Macri, Marine Le Pen, Henry Ramos Allup y Donald Trump son las caras más visibles de un sistema de privilegio oligárquico que se niega a morir. Frente a la amenaza que implica los movimientos a favor de la democracia popular, los dueños del mundo han decidido despojarse de sus hipócritas máscaras de “demócratas liberales” para entrar directamente en la lucha desencarnada en defensa de sus intereses...

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lunes, 7 de noviembre de 2016

"Sucesión pactada" (La Jornada, 7 de noviembre, 2016)

John M. Ackerman

En una reunión casi secreta la semana pasada, en las instalaciones del ITAM, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón sellaron su pacto de impunidad y complicidad transexenal. Con Miguel Ángel Mancera, Aurelio Nuño, Carlos Slim, Alberto Bailleres, Enrique Ochoa, Francisco Gil Díaz, Pedro Aspe y José Antonio Meade como testigos de deshonor, el Presidente más repudiado de la historia reciente entregó el premio "Carrera al Universo" a quien hundió el país en un baño de sangre durante su sexenio. Entre aplausos y "¡vivas!" de los presentes, los dos políticos prometieron cuidarse las espaldas mutuamente y asegurar una tersa alternancia entre los mismos de siempre en las elecciones presidenciales de 2018.

Este encuentro tuvo muchas similitudes con la ceremonia luctuosa que organizó Calderón el día después de la muerte del ex presidente Miguel de la Madrid en plena campaña presidencial de 2012. En un acto inédito, el presidente panista abrió las puertas de Palacio Nacional aquel 2 de abril para rendir un homenaje de Estado al ex presidente priísta. Acudió el mismo Carlos Salinas de la mano de Peña Nieto, Luis Videgaray, Osorio Chong, Emilio Gamboa y Pedro Joaquín Coldwell, entre otros representantes de la nomenclatura del viejo partido de Estado. Los líderes priístas y panistas, supuestamente aguerridos contrincantes en el proceso electoral en curso, se mezclaban tranquilamente con la certeza de que todos compartían el mismo proyecto de continuidad oligárquica.

El periodista José Gil Olmos resumió bien el carácter de aquel encuentro al compararlo con las ceremonias que organizan los integrantes de la mafia italiana cuando fallece uno de sus líderes. “Muerte y renacimiento del poder, pacto y continuación del mismo modelo político y económico, perdón y olvido de los errores cometidos…El gobierno panista se rindió ante el grupo del PRI que se apresta a tomar las riendas de la Presidencia.”

Hoy se repite el mismo escenario. Tal como ha documentado Álvaro Delgado en su libro El amasiato: el pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas, Peña Nieto ya se apresta a devolver el favor a Calderón por haberlo apoyado con su victoriaen 2012. Así como Calderón abandonó a la candidata de su partido, Josefina Vázquez Mota, para permitir la llegada a Los Pinos del representante del grupo Atlacomulco, hoy Peña Nieto aparentemente ha decidido también abandonar a los candidatos de su partido para respaldar a la esposa de Calderón, Margarita Zavala, como la candidata de la continuidad oligárquica...

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lunes, 31 de octubre de 2016

"¿Quién 'jode' a México?" (Revista Proceso, 30 de octubre, 2016)

John M. Ackerman

“La enorme empatía entre nuestro futuro presidente de la República y el gobernador del estado augura tiempos promisorios para Veracruz". Son las palabras del entonces Presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, pronunciadas unos días después de la elección presidencial de 2012 en una visita a Veracruz. Después de regalarle un efusivo abrazo a Javier Duarte, el futuro Secretario de Energía de Enrique Peña Nieto continuó señalando que el veracruzano “es un joven gobernador priísta que…ha mostrado excelentes destrezas para gobernar, convicciones sociales inquebrantables y una actitud de puntual responsabilidad que el PRI nacional hoy viene a su propia casa a reconocer”. 

No era para menos. Unos seis meses antes, el viernes 27 de enero, la PGR había detenido a dos colaboradores del Gobernador de Veracruz transportando en un avión oficial dos maletas con un total de 25 millones de pesos en amplios fajos de billetes sin poder acreditar ni su origen o destino. El gobierno de Duarte luego “aclararía” que el dinero supuestamente era para “la contratación de artistas y materiales de promoción” para la Cumbre Tajín y que no hicieron el depósito via transferencia bancaria porque “les habían agarrado las prisas”. Solamente el Instituto Federal Electoral (IFE), en su eterna complicidad y compromiso con la impunidad, les compró el cuento. Todos los demás tuvimos perfectamente claro que el destino de este dinero muy probablemente era para financiar la campaña presidencial de Peña Nieto. 

Recordemos que quien antecedió a Coldwell como Presidente del PRI, Humberto Moreira, recientemente fue detenido en España por acusaciones de lavado de dinero remitidos por el gobierno de los Estados Unidos. Moreira, cercano a Elba Esther Gordillo, presidía el PRI cuando este instituto político decidió que Peña Nieto sería su abanderado presidencial. 

La renuncia anticipada y fuga sorpresiva de Duarte evidentemente fue pactada directamente con su amigo Peña Nieto. El gobernador de Veracruz tenía miedo de que su otrora aliado y también cercano colaborador de Gordillo, Miguel Angel Yunes, lo apresaría en el momento que terminara su mandato. Coreografiaron muy cuidadosamente la fuga del mandatario estatal para que la orden de aprensión llegara justo unas horas después de que Duarte y su familia se hubieran desaparecido del mapa...

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lunes, 24 de octubre de 2016

"¿Quién no acepta la derrota?" (La Jornada, 24 de octubre, 2016)

Diego Fernando de Cevallos y Carlos Salinas
John M. Ackerman

Cuando Donald Trump señala que solamente aceptará los resultados electorales si le son favorables, sigue fielmente el guión de sus amigos del PRIAN. Estos dos partidos jamás han aceptado su derrota en las urnas.

En 1988, Carlos Salinas de Gortari robó la elección presidencial de manera descarada de las manos de Cuauhtémoc Cárdenas. Y para esconder las evidencias del atraco, el "innombrable" después mandó a destruir las boletas electorales con el apoyo del panista Diego Fernández de Cevallos.

En 2006, Felipe Calderón y Vicente Fox le arrebataron el triunfo, "haiga sido como haiga sido", a Andrés Manuel López Obrador con una guerra mediática ilegal y un fraude electoral sin precedente en la historia de México. Y hace cuatro años, Enrique Peña Nieto dio portazo a Los Pinos por medio de un oprobioso coctel de dinero de dudosa procedencia, compra del voto, hackeoinformático, autoridades electorales parciales, encuestas amañadas y manipulación mediática.
Trump, Salinas, Calderón y Peña Nieto son todos traidores a la democracia. No respetan a sus pueblos correspondientes y buscan imponer a toda costa sus reformas corruptas, anti-mexicanas y retrógradas.

En contraste, López Obrador ha dado claras muestras de su compromiso con el proceso democrático. Aún a pesar de los constantes fraudes en su contra, el tabasqueño se niega a tirar el tablero. No ha modificado un ápice su férreo compromiso con la conquista pacífica del poder por la vía electoral...

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LECTURA COMPLEMENTARIA "ENRIQUE TRUMP"

lunes, 17 de octubre de 2016

"Los presos políticos de Mancera" (Revista Proceso, 16 de octubre, 2016)

John M. Ackerman

Desde el 1 de diciembre de 2012, el Gobierno del Distrito Federal ha detenido arbitrariamente y encarcelado injustamente a más de 500 personas durante marchas y manifestaciones públicas. Como fieles perros guardianes de Enrique Peña Nieto y el Pacto por México, primero Marcelo Ebrard y después Miguel Ángel Mancera han buscado desactivar la creciente indignación popular por medio de la criminalización de la protesta social. Durante el proceso de aprobación de las “reformas estructurales” energética, educativa, de telecomunicaciones, laboral y financiera, las marchas de protesta fueron infiltradas sistemáticamente por provocadores enmascarados que protagonizaron actos de violencia con el fin de justificar el encapsulamiento y la detención indiscriminada de manifestantes pacíficos.

El objetivo era infundir miedo y zozobra entre la población, sobre todo entre los jóvenes indignados, quienes ya habían demostrado su gran capacidad de acción y de convocatoria durante el movimiento #YoSoy132. La violencia y las detenciones arbitrarias, ambas fomentadas desde el gobierno, tenían la función de desalentar la movilización social masiva en contra de la consolidación autoritaria en la capital del país.

Pero los aires de la política capitalina empiezan a cambiar. Las contundentes victorias electorales del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2015 y 2016 marcan el inicio de una nueva hegemonía política en la Ciudad de México. Ahora, ocasionalmente se permite a las marchas entrar a la plancha del Zócalo y desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se promueve una importante Ley de Amnistía. Esta ley, que ya fue dictaminada y aprobada por la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, permitiría sacar de la cárcel a los cuatro presos políticos que aún se encuentran encerrados (Luis Fernando Sotelo, Alejandro Montaño, Fernando Bárcenas y Abraham Cortés), así como limpiar totalmente el historial de cientos de otras personas, la mayoría jóvenes, que han sido injustamente acusadas o encarceladas por el gobierno represor del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 2012.

La aprobación de la Ley de Amnistía dejaría un precedente fundamental a escala nacional e internacional, ya que implicaría un reconocimiento oficial de la existencia de presos políticos en México. La prensa nacional e internacional, aliada con Washington, no duda ni un segundo en señalar y exigir hipócritamente la liberación de presos políticos en países como Venezuela, Rusia y Cuba, pero dan la espalda a los cientos de presos que tenemos aquí en casa, sobre todo en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán y la Ciudad de México. Apenas hace unos 15 días, el gobierno perredista de Silvano Aureoles detuvo y encarceló arbitrariamente a 48 normalistas indígenas de Michoacán con el fin de diezmar su movimiento a favor de la educación pública, crítica y gratuita en el estado y todo el país...

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lunes, 10 de octubre de 2016

"Atraco constituyente" (La Jornada, 10 de octubre, 2016)

Miguel Angel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Filemón Tacuba, Jonathan Morales, Octavio García, Génesis Urrutia, Leobardo Arroyo, estudiantes de Guerrero y de Veracruz, justicia ya, ni una gota más de sangre estudiantil a manos del narcogobierno.

John M. Ackerman

Desde el primer día de su gestión, Miguel Ángel Mancera ha buscado minar la tradición de conciencia política y organización social tan arraigada en la Ciudad de México. En lugar de apoyar a los pueblos en defensa de su tierra, los jóvenes movilizados por la educación pública, los ciudadanos que exigen justicia por los estudiantes de Ayotzinapa y los maestros que defienden una educación crítica y de calidad, Mancera prefiere favorecer a las inmobiliarias, los oligarcas, los centros comerciales, los Walmarts, los Starbucks y la privatización de las multas y de los servicios públicos.

Mancera insiste en ratificar todos los días su traición a los principios elementales de la izquierda y de la democracia. Frente al reciente despido arbitrario de 21 profesionales de educación primaria en la Ciudad de México en castigo por su activismo, tanto Mancera como Alejandra Barrales, ex secretaria de Educación Pública del Distrito Federal y ahora presidenta del PRD, han guardado un silencio cómplice. El jefe de Gobierno también cierra de manera sistemática e ilegal el acceso del pueblo indignado a la Plaza de la Constitución.

En contraste, el pasado viernes, 7 de octubre, Mancera abrió el Zócalo capitalino de par en par para un insultante despliegue de poder autoritario. Con el pretexto de honrar otro aniversario del importante Plan DNIII-E, que normalmente se conmemora en el Campo Marte, el centro de la Ciudad de México fue ocupado por miles de soldados y con gran estruendo intimidatorio aterrizaron tres helicópteros militares en el Zócalo.

La propuesta de Mancera para la nueva carta magna de la Ciudad de México constituye la cereza en el pastel de la consolidación autoritaria en la capital. El documento que ha presentado a la recién instalada Asamblea Constituyente está plagado de trampas que buscan terminar de arrebatar de los ciudadanos la rectoría sobre la ciudad y entregarla de manera definitiva a los poderes fácticos.

En materia de derechos sociales y servicios públicos, la enorme abstracción del texto permitirá la consolidación del actual proceso de precarización social y de privatización de absolutamente todo lo público. Por ejemplo, las dos páginas dedicadas al derecho a la educación no obligan al gobierno a garantizar el acceso a una educación pública de calidad a todos los niños y jóvenes de la ciudad, sino que empujan hacia la creación de cada vez más escuelas patito por el sector privado...

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domingo, 2 de octubre de 2016

"Guerrero se levanta" (Revista Proceso, 2 de octubre, 2016)

Lucio Cabañas, mártir de las luchas por la justicia en Guerrero
John M. Ackerman

El estado de Guerrero siempre se ha caracterizado como un sitio de lucha, de dignidad y de conciencia particularmente transformador. Desde el siglo XIX, José María Morelos, Vicente Guerrero y Juan Álvarez protagonizaron batallas clave, primero en la lucha por la Independencia y después en la derrota de los imperialistas y conservadores. Durante la Revolución, el pueblo de Guerrero su sumó a la lucha de Emiliano Zapata y convirtió a la entidad en una zona rebelde y radical.

Durante los años sesenta y setenta del siglo pasado, las contundentes luchas estudiantiles, campesinas y guerrilleras en Guerrero pusieron en jaque al estado autoritario priista y pavimentaron el camino hacia la esperanza democrática en todo el país. Hoy los jóvenes de Ayotzinapa, los pueblos indígenas, los maestros democráticos y los policías comunitarios en el estado están dando una continuidad ejemplar a estos históricos combates.

Sin embargo, hoy como antes, las luchas populares han tenido que enfrentarse a un Estado represor que prefiere aliarse con los criminales y los caciques en lugar de apoyar las causas ciudadanas. La violencia, la represión y la criminalización de la protesta social han sido la norma a lo largo de la historia en esta combativa entidad.

La situación se agravó a partir de la llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos, en diciembre de 2012. Con el fin de generar las condiciones para la aprobación y aplicación de las “reformas estructurales” neoliberales del Pacto por México, el PRI, el PAN y el PRD, desde sus respectivos gobiernos, simultáneamente agudizaron la represión en contra de los movimientos sociales en el país y dejaron sueltos a los delincuentes para infundir miedo en la población.

En Guerrero, las baterías se dirigieron con particular saña en contra de los tres grupos más conscientes y movilizados del estado: los estudiantes de las escuelas normales, los maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) y los policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC). La desaparición forzada de 43 alumnos y la ejecución de otros tres estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en Iguala el 26 de septiembre de 2014 fue la consecuencia directa de la instauración de esta estrategia antimovimientos sociales en todo el país. El acoso constante a la CETEG, con múltiples órdenes de aprehensión contra sus líderes y la fatal golpiza de Claudio Castillo por la Policía Federal en Acapulco, en 2015, también forma parte de esta estrategia...

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lunes, 26 de septiembre de 2016

"¡Ayotzi vive!" (La Jornada, 26 de septiembre, 2016)

John M. Ackerman

Hoy hace dos años el Estado mexicano desapareció a 43 y ejecutó a tres jóvenes activistas de la Escuela Normal Rural "Isidro Burgos" de Ayotzinapa, Guerrero. Este brutal acto de censura y de represión contra un grupo de disidentes políticos abrió los ojos del mundo respecto de la verdadera naturaleza del narcoestado mexicano. Muchos ya lo sabíamos, pero con el escarmiento del 26 de septiembre de 2014 quedó perfectamente claro para todos que el gobierno supuestamente "moderno" y "reformador" de Enrique Peña Nieto era en realidad un gobierno asesino y corrupto.

En respuesta, todo México se levantó indignado exigiendo justicia y un cambio de régimen. La quema de una enorme efigie de Peña Nieto en el Zócalo capitalino al final de la multitudinaria marcha del 20 de noviembre de 2014 marcó el fin, de facto, del sexenio del esposo de la actriz millonaria de Televisa. Desde ese momento hasta la fecha nadie ocupa la residencia de Los Pinos. Ahí sólo despachan fantasmas que simulan redactar oficios y dar discursos, mientras el destino de la nación se les va de sus manos transparentes, plagiadoras e insustanciales.

Escena de la manifestación del 20 de noviembre de 2014 en el Zócalo capitalino
En contraste, los jóvenes de Ayotzinapa siguen hoy más vivos y presentes que nunca. Cada día 26 salen a marchar de la mano con sus padres, sus madres, sus hermanos y sus compañeros normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Y en cada movilización magisterial, en cada protesta estudiantil, en cada lucha por la tierra y en cada acto del Movimiento Regeneración Nacional se invocan sus nombres y se exige justicia por estos jóvenes héroes de la patria.

Lo que fue quemado en el basurero de Cocula no fueron los 43 estudiantes de Ayotzinapa, sino cualquier apariencia de gobernabilidad democrática. Durante los últimos dos años el narcogobierno no ha hecho más que hundirse más profundamente en un pantano de ignominia. Mientras, la lucha por la aparición con vida de los jóvenes de Ayotzinapa cada día se consolida más nítidamente como un estandarte central en la lucha del pueblo mexicano por lograr un nuevo país más justo y democrático...

TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN LA JORNADA

domingo, 18 de septiembre de 2016

"Recortes asesinos" (Revista Proceso, 18 de septiembre, 2018)

John M. Ackerman 

Ya no alcanza el presupuesto para nuevas escuelas y hospitales, ni para la cultura o el combate a la corrupción, tampoco para invertir en la industria petrolera nacional. Pero sobra el dinero para pagar la deuda a los bancos, financiar la industria militar y contratar asesinos. Cada día caen más mártires en la lucha por la transformación del régimen mexicano. La semana pasada fueron ejecutados a tiros en Oaxaca tanto el joven fundador de Morena en la Mixteca, Agustín Pavía, como el dirigente magisterial de la Sección XXII, Jorge Vela. 

La brutalidad del Estado mexicano y el recorte presupuestal constituyen dos lados de la misma moneda. La crisis económica -- durante el segundo trimestre de 2016 la economía ya inició su camino hacia la recesión con una contracción de 0.3% -- y el abandono del gobierno a sus responsabilidades, cada día generan más indignación social. Los oligarcas se sienten amenazados y, en lugar de impulsar un nuevo modelo de desarrollo que genere bienestar para todos, prefieren fugarse a sus mansiones en el extranjero y exigirle al gobierno mexicano que reprima cualquier expresión de descontento ciudadano. 

Es falso que el Estado neoliberal sea minimalista o débil. Al contrario, el neoliberalismo requiere de un Estado cada vez más “fuerte” y dispendioso, desde luego no como garante de derechos y proveedor de servicios al pueblo, sino como órgano represor y activo cliente de los mercados financieros. 

Por ejemplo, a la víspera de los cobardes asesinatos de Pavia y Vela en Oaxaca, Peña Nieto había transformado la celebración del Día de los Niños Héroes, 13 de septiembre, en una oportunidad más para ensalzar a las fuerzas militares. Flanqueado por los Secretarios de la Defensa, Salvador Cienfuegos, y de la Marina, Vidal Soberón, el ocupante de Los Pinos señaló que la mejor forma para “fortalecer la soberanía nacional” es con la fabricación de armas letales...

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